Ay -sonrísa y suspiro-.
Que buena la catarsis.Después de un día agotador, subjetivamente agotador ya que, bueno, como dirían los presocráticos todo depende del cristal con que se mire, y Benedetti "con el dolor" con que se mire, el día de ayer me extenuó por cuestiones a las que hoy les he visto una solución clara, o al menos, las he visto desde otro lugar diferente al de la angustia que siempre es propia y por tanto subjetiva.Veo una alternativa para reconducir uno de los talleres que llevo y que últimamente se presentaba como imposible, por la problemática y la peculiaridad del grupo, por una parte, y por otra he tomado la decisión de faltar a clase para ponerme al día con un trabajo.Así que al llegar a casa a las 9 de la noche, después de un día de clase que comenzó a las 10 de la mañana, he decidido ponerme un rato a escribir. Un lujo que me permito.Es muy grande permitirse lujos, el jueves iré a ver a Leo y a Luz, que crecen a pasaos de gigantes y no quiero permanecer ajena ni a la biología ni a la simbología de sus hitos.Risas con los compañeros a la hora de la comida en la facultad, un increíble atardecer en Cartuja a la hora del descanso, unos casos clínicos desde el psicoanálisis y la promoción de ADERES en el master han conseguido hacerme llegar a casa llena de energía. Ay -sonrisa y suspiro-.Besos a todos y mucho amor.
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